Una de las fuerzas más determinantes en el ser humano es la necesidad de ser coherente con lo que piensa de sí mismo. Y ese pensamiento o imagen interna se encuentra grabada en el inconsciente desde que somos muy pequeños.
El cerebro hasta los 6 años se encuentra funcionando en ondas theta, lo que significa que es susceptible a todo lo que se le diga. El niño al no tener criterio asume de manera literal lo que le dicen porque no puede diferenciar contextos, entonces frases como:
“Lo haces mal”. “No te lo mereces”. “Eres malo”. “Tú tienes que estudiar”. “Debes ser el mejor”. “Eres bueno para…”. “Eres malo para…”. “Te mereces…”. “No te mereces…”. “La vida se trata de…”. “Los hombres son…”. “Las mujeres son…” se asocian a una emoción específica creando una conexión entre redes neuronales y el sistema nervioso autónomo, se graban en nuestra memoria y se repiten automática e inconscientemente entre los 60.000 y 70.000 pensamientos que tenemos a diario, de los cuales el 90% son repetidos y en su mayoría negativos.
Según estudios realizados por los doctores Bruce Lipton y Joe Dispenza, referentes de la epigenética y neurociencia de la comunidad científica de los Estados Unidos de Norteamérica, a este conjunto de pensamientos, creencias o juicios acerca de nosotros mismos, de cómo funciona el mundo y cómo debería comportarme se conoce en la ciencia del comportamiento humano como modelos mentales, mentalidad o mindset.
A través de los años, basados en diversas experiencias vamos identificando ciertos pensamientos o creencias, algunos son modificados a través de la práctica, cambiando con ello nuestra personalidad e identidad. En ocasiones solo nos hacemos conscientes de esa situación teniendo dos opciones, aceptarlo y vivir con ello o modificarlo a través de algún proceso de transformación personal.
¿Qué pasa cuando queremos alcanzar un nuevo objetivo o un estilo de vida diferente al que tenemos?
En primer lugar debemos ser conscientes de que la personalidad que tenemos en este momento, el programa que está activo en nosotros, ha podido hasta el momento crear la realidad y los resultados que experimentamos o tenemos en el presente, por ende para crear una nueva realidad debemos crear una nueva personalidad, una forma distinta de pensar, sentir y actuar. Por ello, es fundamental poder identificar qué parte de mi modelo mental me potencia y me acerca a la meta y cuál me limita.
Un ejemplo claro, si en este momento quieres ofrecer tus servicios en redes sociales o construir tu marca personal y en tu programa están instaurados pensamientos como “No soy bueno hablando ante las cámaras”, “van a pensar que no tengo experiencia”, “no soy carismático”, “no soy tan bueno”, seguramente, cada vez que tengas que hacerlo esos pensamientos te conectarán a una emoción desempoderante como vergüenza, frustración, ansiedad o enojo; el proceso se convierte en algo tortuoso, difícil de disfrutar y con el tiempo probablemente lo dejarás.
Una de los grandes limitantes es creer que todo pensamiento que está es nuestra mente es verdadero, cuando logramos asimilar y aceptar que podemos soltar nuestros modelos mentales e implantar otros se abre un mundo infinito de posibilidades de quién puedo llegar a ser y qué puedo obtener.
¿Cómo modificar modelos mentales?
Para ello es necesario contar con 3 elementos:
- Tener clara la intención acerca de qué es lo que quieres lograr, qué experiencias quieres tener y en quién debes convertirte para lograrlo.
- Contar con la habilidad o el proceso de acompañamiento para poder identificar tu programación a través de procesos de autoconocimiento.
- Conocer técnicas de programación del inconsciente: dentro de todos mis años de estudios en el comportamiento humano he aprendido varias metodologías y técnicas para trabajar en el metaconsciente (más allá del consciente), programación neurolingüística, reacondicionamiento neuroasociativo, afirmaciones, theta healing, declaraciones, hipnosis, visualizaciones creativas, tapping, entre otras.
He agrupado las mejores de esas técnicas en una metodología que llamo Neurohacking, la cual busca romper esas limitantes en nuestros modelos mentales para poder alcanzar nuevos niveles de satisfacción personal, bienestar, plenitud y prosperidad, que utilizo constante en mis procesos de Human Empowerment donde he podido evidenciar excelente resultados.