¿Te ha pasado que logras algo que siempre habías querido y por alguna razón no te sientes satisfecho?
Usualmente, todos sabemos lo que tenemos que hacer para alcanzar resultados diferentes. Quieres mejorar tu salud: mejora tu alimentación, descansa y haz ejercicios; deseas una relación óptima: habla menos y escucha más. El desafío no es saber qué hacer, es poder hacerlo.
¿Qué impide que tomes acción?
Nuestra personalidad es la forma en la cual sentimos, pensamos y actuamos, y usualmente basamos nuestra propia identidad en ello. En coherencia con esto nos condicionamos acerca de lo que podemos y no podemos hacer.
Todas las acciones que desarrollamos están relacionadas con el estado emocional en el cual nos encontramos. Mientras más fuerte es este estado más difícil es utilizar la razón para cambiar el patrón típico de comportamiento asociado a esa emoción.
De esta manera, el estado emocional determinará las acciones y decisiones que tú tomas y la manera como gestionas tu emoción será decisiva para tu bienestar físico, emocional, psicológico y la prosperidad que logres en tu vida profesional, social y financiera.
Es importante que sepas esta relación:
- Una emoción es una respuesta fisiológica que surge por un evento inesperado y dura poco tiempo.
- Ahora bien, esa emoción puede transformarse en estado de ánimo o sentimiento cuando permanece por minutos horas o días.
- Aún más allá, cuando se extiende por semanas o meses se convierte en temperamento.
- Y finalmente, cuando perdura demasiado pasa a ser un rasgo de personalidad, que forma parte de tu identidad.
Es decir, en la medida en que te quedas enganchado en la historia que te estás contando empiezas a crear un rasgo de tu personalidad. Por ejemplo, si todos los días te repites que la vida es injusta, que lo que estamos viviendo en estos momentos no debería estar pasando, eso hace que mantengas el mismo estado emocional al punto que generas el hábito de permanecer en ese estado.
¿Cómo puedo empezar a transformar mi rasgo de personalidad?
Para crear un nuevo tú la clave es renunciar a contarte constantemente la misma historia para dejar de vivir el pasado, disfrutar el presente y proyectarte hacia una nueva historia futura desde la posibilidad de construir una mejor versión de ti soltando el pasado predictivo que te conecta con tu vieja historia, tu viejo tú.
Ten en cuenta que todos los resultados que tienes, y los que no tienes, son producto de quien estás siendo. Para obtener resultados diferentes debes tener una personalidad distinta. Esto significa que debes modificar la manera como estás sintiendo, pensando o actuando, esa es la clave de la transformación.
Es muy común pensar que al cambiar nuestra personalidad estamos alterando nuestra esencia, incluso pensar que son lo mismo. La esencia del ser humano es su conexión divina, la energía en potencia capaz de manifestarlo todo, la personalidad es solo parte de esa manifestación producto de aprendizajes y experiencias que condicionan su sentir y su comportamiento.
Recuerda:
- Tú no eres, estás siendo.
- Tu personalidad es la forma en la cual piensas, sientes, actúas y tu personalidad crea tu realidad personal.
- Tu personalidad solo es un hábito, el hábito de ser tú.
- Si modificas una acción, la forma en la cual te sientes y tu mentalidad estarás cambiando un aspecto de tu personalidad y eso no va en contra de tu esencia.
